Día 2

Abro un libro. Pido un té sabor tropical, de esos que tienen naranja, mango y otras cosas más que no recuerdo, pero como tiene mango, es tropical. Se enfrió. No tiene nada de tropical, si mi cuerpo no siente el calor de la mañana y si no recibo un mensaje diciendo Buenos días. Me pregunto por qué no le siento el sabor a mango.  

Cuando voy viajando me gusta sentarme al lado de la ventana, observar el horizonte y soñar con un mundo si yo no estuviera. Me pregunto si los problemas se verían pequeños desde el cielo. Cómo sería si un día de estos no despertara jamás. Me imagino lo hermoso que sería observar una nebulosa y las estrellas desde el espacio. 

La vida es curiosa. Ayer escribí esa oración en un chat de WhatsApp. Es curioso como nacen los seres humanos, y aún más cuando mueren. A dónde vamos? Quienes somos? Por qué existimos? Típicas preguntas existenciales, que los filósofos, aquellas personas que se pasan su vida entera buscando respuestas a preguntas que ellos mismos se formulan una y otra vez en un ciclo sin fin, para dar como resultado más preguntas que respuestas, lógico. Pero aquí estamos, existiendo sin más. Justificando nuestra vida con metas y propósitos absurdos, pensamos que eso nos dará la felicidad. Necesitamos creer en algo para justificar nuestra existencia. 

El ser humano siempre busca más, siempre quiere más. Algunos son conformistas. Lamentablemente yo no. Es mi causal de sufrimiento, busco las respuestas a preguntas sin respuestas. Me pregunto por qué mi té tropical no sabe a trópico. Sabes cuál es el sabor al trópico? una mezcla entre mango, maracuyá y felicidad. Creo que me falta lo último, pero soy optimista y pienso que es porque Sr. Coronavirus aniquilo mi sentido del gusto. Siento frío, pienso en Marco y en Italia. 

Caliento agua. Una mujer precavida siempre guarda la bolsa de té tropical, para otro té tropical diluido. 

En química para separar un sólido de un líquido, usualmente se utiliza la técnica de filtración al vacío. Este consta principalmente de un kitasato, imagínate un vaso con forma de cono. Este presenta una salida para conectar una bomba de vacío y en otra salida se conecta un embudo con un papel filtro, vertemos el líquido con el sólido, y por el aumento de presión en el kitasato, es capaz de separar ambas fases, quedando el sólido en el embudo. Qué lindo sería si la vida fuera un sistema de filtración al vacío, en donde vertiéramos nuestros demonios mezclados con las aguas de felicidad en el embudo, quedando ellos atrapados en el papel filtro, y guardáramos las aguas para cuando queramos tomar té tropical. Pero el universo se rige por la segunda ley de la termodinámica y a la Sra. Entropía le gusta el caos. 

Me duele el útero. Me duele el jugar a ser indiferentes para saber cuál de los dos es más fuerte y frío. 

Con mi mano izquierda giro una y otra vez el anillo con que se decora mi dedo índice de la mano derecha. Pienso en Marco. Pienso en sus manos. Las manos cuentan la historia de las personas. Manos rudas y gruesas, describen una vida de esfuerzo y trabajo. Suelo pensar que aquellos seres tuvieron que pasar por muchas experiencias para formarse. Mis manos son delicadas y suaves, describen una vida tranquila, sin mayor esfuerzo físico. Nos quejamos, y ahora recuerdo la frase 'siempre hay alguien peor que uno'. Mis brazos y mi mente no cuentan la misma historia. Hay seres que han sufrido de forma física toda su vida y otros sufren de forma emocional. Hay seres que sufren desde su nacimiento, hasta que entienden que este es parte de su vida y aprenden a trasmutar ese dolor. Seres que se refugian en libros y laboratorios para dejar ir el peso de ser insuficientes en la vida. 

Pienso que si fuera una melodía sería Nuvole Bianche. Pienso en Marco. Pienso en cómo el día pasa tan rápido y cómo mi té tropical se transformó en una farsa. Pienso en esa noche de sábado con Marco viendo Santiago desde un piso 23. 

La soledad es un arte. El dolor y el sufrimiento es un arte. Plasmar las emociones más oscuras del ser humano es algo que muy pocos logran hacer con tal perfección. Escoger los colores y palabras adecuadas para personificar aquello que negamos, es un arte. Las obras más hermosas, en su mayoría vienen de emociones oscuras. Según la ciencia, seres depresivos presentan un mapa cerebral con menos actividad nerviosa. Lo mismo ocurre con las psicopatías, zonas cerebrales más activas que otras. Un ser "normal" presenta un mapa cerebral perfecto. En donde las emociones y sentimientos se encuentran perfectamente equilibrados. Pero la vida es curiosa y cruel. La naturaleza es despiadada. El ser humano, una simple obra de arte creada bajo las emociones más oscuras. Nos mentimos a nosotros mismos todos los días, para que otros seres no nos juzguen por tener demonios como mejores amigos, ignoramos el hecho de sufrir. Ante la sociedad, una sonrisa eterna es sinónimo de éxito y estabilidad. Vivir del arte, te entrega las herramientas necesarias para disfrutar ese pequeño momento sentado frente al mar en el crepúsculo con la brisa marina helando las mejillas. Ver la tristeza detrás de los ojos de otro ser humano. Memorizar en detalle cada parte de la creación de Marco. Recordar sus manos acariciar mi piel. El sonido de su voz. El olor de su piel. 

Pienso que soy bendecida al llegar a este mundo sufriendo y con una sensibilidad que duele. Un alma vieja, que se emociona con melodías de pianos y cielos hermosos. Pienso en mi intensidad. Un ser humano complejo en su totalidad, fuera de época e incomprendido, difícil de leer. Justifico mi soledad diciendo que uno nace solo y muere solo. Mis miedos son más grandes que 1 metro y 58 centímetros de estatura, pero me aferro a mi valentía, a mis ganas incontrolables de comprender mis emociones. A no caer en a desesperación de no poder controlar mi sensibilidad. Aunque aveces falle en el intento. Como ayer.

No dejo de pensar en Marco. Recuerdo la forma de sus labios. Las muecas que hace me recuerdan a un ratón. Imagino a Marco trabajando. Aveces no comprendo su sarcasmo. Otras me hace sentir como una niña. Me gusta escuchar a Marco, mientras memorizo el brillo de sus ojos. 

Ayer simplemente me molesté por una tontería y dejé que hoy estuviéramos en la incertidumbre. Dejé ver un pedazo de mi frialdad. Los seres humanos que desbordan emocionalidad, suelen buscar otras fuentes no verbales para expresar el océano de sensaciones que presentan. Cómo explicar que ni yo misma comprendo mis emociones? Simple hice un blog, me compré un té tropical y pienso que me gustaría comer cheesecake con Marco. 

Extraño a Marco. Hoy no hemos hablado, pero no dejo de pensar en el 'Avisame cuando llegues' y un lo siento. 






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